La región integrada por los países del SICA es una de las más vulnerables del mundo frente al cambio climático.
Centroamérica es una de las regiones más vulnerables al cambio climático entre las regiones tropicales del mundo, anualmente la región es azotada por huracanes, sequias e inundaciones, entre otros efectos naturales. Esto no solo tiene implicaciones sobre el medio ambiente, los ecosistemas y la biodiversidad, sino que también supone un alto riesgo al desarrollo humano y el bienestar de la población.
Paradójicamente, los países miembros del SICA son responsables de solo el 4.72% de las emisiones globales de CO2 acumuladas en el período entre 1900 y 2006, contribuyendo actualmente en menos del 12% a las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEIs). Además, la región tiene uno de los niveles más bajos de emisiones por unidad de PBI a nivel mundial.
Los retos del sector energía se deben dirigir hacia la reducción de los gases de efecto invernadero en un marco de dependencia de los hidrocarburos y la disponibilidad de fuentes energéticas no convencionales en una región de alta generación hidroeléctrica.
En este contexto, los países aspiran a continuar con el crecimiento económico actual a través de un proceso de transición energética y la descarbonización de la economía. Las fuentes renovables y la eficiencia energética son determinantes para descarbonizar la energía y reducir las emisiones de CO2 por lo tanto el sector eléctrico se convertiría en el elemento energético más descarbonizado debido a su capacidad de integrar energías renovables y permitir un aumento real de la eficiencia energética.
Generación de Electricidad por fuente de los países del SICA en MWh
La reducción del uso de los combustibles fósiles es una de las mayores preocupaciones de los países del SICA, los cuales actualmente buscan aumentar su seguridad energética con el objetivo de:
Reducir la dependencia de la importación de combustibles fósiles.
Reducir la demanda de energía a corto plazo.
Postergar las inversiones en infraestructura de suministro y generación de energía.
Reducir los costos de producción.
Mejoramiento de la eficiencia en la asignación de recurso en la economía del país.
Generación de nichos de mercado para equipos eficientes.
Apoyo al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Incrementar el financiamiento de proyectos con enfoques en ahorros energéticos al implementar medidas de eficiencia energética.
Las energías renovables como alternativa a los combustibles fósiles es uno de los instrumentos para lograr una transición energética permanente hacia economías de bajo carbono, lo que representa la solución de largo plazo del problema climático.
En el pasado los países del SICA basaron su generación de electricidad en combustibles fósiles; esta tendencia se ha venido revirtiendo y actualmente un 52% de la generación es con energía renovable. Países como Costa Rica han establecido en sus Contribuciones Nacionales Determinadas (NDCs por sus siglas en inglés) metas para que la generación sea mayoritariamente renovable (99.78% en el 2020).
La generación hidroeléctrica es muy importante en la región y su impacto en la matriz energética es significativa en los diferentes países y puede jugar un papel relevante en la transición energética. Otras fuentes de energía renovable que poseen un alto potencial y que están siendo desarrolladas son la eólica y la geotérmica. La energía solar merece una atención especial ya que tiene un gran potencial en la región y su despliegue ha sido incrementado dramáticamente durante los últimos años. En los dos gráficos siguientes se muestra la generación de electricidad según fuente energética.
Países SICA generación de Electricidad por fuente (MW y %) - 2019
Generación de electricidad por país/fuente - año 2019
A través del análisis de los instrumentos regionales del sector energético disponibles como la Estrategia Energética Sustentable 2030 de los Países del SICA (EESCA 2030), el SICREEE ha identificado que las principales oportunidades para la adopción de Energías Renovables y Eficiencia Energética (ER&EE) en la región son:
Diversificación Energética
Da robustez al sistema eléctrico haciéndolo menos vulnerable.
Fomenta el crecimiento económico.
Garantiza la seguridad energética continua, lo que propicia un clima adecuado para el emprendimiento, innovación e investigación y desarrollo.
La región centroamericana ha identificado que los beneficios de la eficiencia energética son una forma de alcanzar la diversificación en su matriz energética.
Apoyo a políticas públicas relacionadas a temas socioambientales
Desarrollar recursos renovables tales como la energía solar y la eólica disminuye el riesgo de escasez de energía. Los recursos renovables tienen un impacto mínimo en el medio ambiente. Las inversiones en energía renovable y eficiencia energética también fomentan la innovación y el crecimiento del empleo.
Esta perspectiva da oportunidades para apoyar a los programas de acceso a la energía, que no solo proveen infraestructura en áreas rurales reduciendo su vulnerabilidad al cambio climático, sino que contribuyen a las metas de reducción de la pobreza en un marco de desarrollo sostenible. Por otro lado, la adopción de ER&EE ayuda a la reducción de Gases de Efecto Invernadero y así se logran satisfacer los compromisos adoptados por cada país en la COP21, y que han sido ratificados en las subsiguientes COPs.
Brindar soporte al desarrollo de políticas públicas que estimulen incentivos fiscales, exenciones de impuestos y que propicien la maduración del mercado y la capacidad técnica entre otros.
Acceso a financiamiento
La adopción de ER&EE permite el acceso a recursos a través de distintos mecanismos de financiamiento relacionado con la mitigación y adaptación al cambio climático.
Para llevar adelante las medidas de “mejores prácticas” desarrolladas, es necesario explorar mecanismos financieros ágiles, capaces de responder a la imperante necesidad de invertir en ER&EE, sin dejar de apoyar las políticas de inversión social y de reducción de la pobreza.
El financiamiento privado tiene un papel muy importante que desempeñar para incrementar la participación de las energías renovables y de esta manera responder a la demanda de los países de aumentar su capacidad instalada de ER, así como implementación de medidas de EE. Una limitante mayor del sector financiero privado es que los países en vías de desarrollo son considerados áreas de alto riesgo por los inversores. En este sentido se deben explorar mecanismos de financiamiento del tipo Asociación Púbico Privado, proponiendo mecanismos de apalancamiento del sector privado al público y viceversa.
Encontrar socios estratégicos internacionales, regionales, nacionales y locales que velen por la recuperación verde de Centroamérica.
Cooperación triangular, sur-sur y norte-sur.
Diversificación de donantes para el desarrollo, con enfoque en proyectos del sector energía.
Prioridad por implementar medidas de eficiencia energética
La eficiencia energética juega un papel importante en la economía y el bienestar social de Centroamérica porque existe un gran potencial para diferir inversiones energéticas, posibilita una oferta energética más eficiente y reduce la dependencia de los combustibles fósiles. La eficiencia energética tiene un gran potencial en toda la región, ya que es un área que puede permitir la reducción de los costos de producción de bienes y servicios.
Las medidas de eficiencia energética conllevan grandes beneficios para la región, para los países y para los consumidores. Para establecer y fomentar la EE es importante la diseminación de los beneficios a nivel institucional y promover diversos mecanismos: incentivos financieros, institucionales y regulatorios.
Creación de capacidades
La generación de capacidades regionales y nacionales constituyen un ingrediente fundamental para garantizar una gestión eficaz en la implementación de programas de ER&EE, especialmente en el diseño e implementación de proyectos, así como en la captación de financiamiento. Se ha visto que la cooperación transversal es fundamental a la hora de definir e implementar políticas. Las capacidades nacionales también deben estar dirigidas hacia la coordinación de posiciones compartidas en las negociaciones regionales para acelerar la adopción de ER&EE.
En el sector energético, los países deben capacitarse para poder crear nuevos instrumentos financieros para la implementación de programas de ER&EE. En particular se deben crear capacidades para la preparación técnica y financiera de proyectos de ER&EE.